SONRÍA, ES CONTAGIOSO

Leo en el blog llamado "Uno que pasaba", que la gente se comporta en su biblioteca ( en la que trabaja, no que sea de su propiedad), como si estivieran en un cibercafé.
Y es que hemos perdido el norte. Pero por completo.
Somos todos tan especiales que no podemos tolerar que nadie nos imponga ninguna norma, aunque sea la sencilla y lógica normativa de una bbiblioteca. Cada quien se cree con derecho a hablar, a mantener su móvil conectado y a beberse su cocacola. Y los demás que se aguanten, porque yo soy yo.
Y eso por no hablar de todos aquellos que ven a la gente que se encuentra al otro lado del mostrador, no como alguien que les ofrece un servicio, sino como su enemigo personal, o en el mejor de los casos, como alguien que no merece que dejen de hablar por el móvil o de masticar el bollo que (otra falta de respeto) entran comiendo.
Da asco.
Antes se colgaban en los sitios públicos carteles del tipo "sonría, es contagioso". Ahora bastaría con poner "demuestre un poco de educación". Es una pena que la gente no comprenda que cosas tan sencillas como una sonrisa, un por favor y un gracias, facilitan mucho las cosas, a uno mismo y a los demás. Pero la gente lo practica poco. Así que no es extraño que el mundo vaya como va.
Pero no hay que ser así. No. ¿Tanto nos cuesta?